domingo, 8 de julio de 2012

Nos acercamos otra vez al río a por bigotudos.
Estamos preparándonos para meternos al río y cual es nuestra sorpresa al ir para allí, una presa que ni los castores, hecha por la gente para bañarse. Ya que les importan tres cojones si pueden subir o bajar los peces.

Antes

Entre piedra y piedra que quitamos, sacamos esta culebrilla que fue de vuelta al agua





Después

Así si pueden subir y bajar los barbos y truchas mucho mejor.
Y una vez terminada la tarea de habilitar el río a sus habitantes para que lo puedan habilitar tranquilos, nos ponemos a pescar.

Localizamos los debidos barbos y nos ponemos tras ellos. Empezamos a bichear hasta que veo a mi compañero de pesca Jesús que le ha picado algo y por la forma de tirar tan sutíl que parecía un alburno hasta que vemos el característico brillo del graells de esta zona y la curvatura de la caña lo delata.


barbo graells cincuentón, 56 cm
  Después de este tenemos varias picadas pero que no conseguimos clavar por falta de experiencia, que todo es empezar, ¿no? Y uno en especial que lo clavó antes de tiempo y lo vimos saltar fuera del agua al ser clavado y vaya barbo eso si que era un torpedo con aletas ya que nos salto a unos escasos 6 metros y lo pudimos apreciar bastante bien, pero lo clavo antes de lo devido........... 


Después de un rato sin tocar, ni ver un barbo nos cambiamos de sitio y consigo clavar un cuarentón

Este bravo graells de 40cm






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